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Ajusco: Comienza un nuevo ciclo
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Escribimos este recuento de la salida al Ajusco
para todos aquellos que ya nos han acompañado en nuestro
caminar por esta montaña y también para todos los
que quieran acompañarnos en este camino de corazón
que como dicen los Wirrarika nos lleva a encontrar allí en
la naturaleza el rostro visible del Espíritu.
Nuestro recuento empieza desde
el momento en que, desde la estación del metro Universidad,
observamos en la lejanía el pico del Ajusco sobresaliendo
por arriba de las nubes e iluminado por unos pocos rayos de sol.
Rodeado de niebla, cambiante y hermoso nos llamaba y daban ganas
de ya estar ahí pero como íbamos al encuentro de nuestros
compañeros quisimos al menos tomar una foto, pero cuando
la cámara estaba lista, ¡ya las nubes habían
cubierto la cima!
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Decidimos esperar para tomar la foto
desde el colegio de México, pero al llegar allí vaya sorpresa
que nos llevamos , siempre desde nuestro lugar de encuentro lo veíamos
y ya desde ahí nos infundía de animo para la batalla por
"cazar conocimiento", pero este día ya no fue posible
observarlo, un gran conjunto de apartamentos impedía que observáramos
el tan esperado pico del Ajusco, ni modo, cuando el "progreso"
avanza la naturaleza retrocede...
Como hacia muchos meses que no hacíamos una salida a la montaña
cerca de la cd. de México esperábamos animadamente que varias
personas, que nos habían escrito confirmando su asistencia, llegaran,
queríamos recibir a los nuevos participantes y a los "veteranos"
también. Manes soñaba con ver y abrazar a Noemí a
Jorge a Carlos a Sandra, etc., sin embargo paso el tiempo y al cabo de
una hora solo éramos cuatro pero eso si muy animados para subir
aunque con cierto dejo de tristeza por los que no llegaron y un chirris
de preocupación por las densas nubes que rodeaban al Ajusco.
Al llegar a la entrada al albergue del Ajusco nos esperaba
otra sorpresa, la entrada se encontraba cerrada y nadie sabia a que horas
llegaba el encargado de abrir la reja e inclusive nos dijeron que, ¡a
veces llegaba y otras no! Sin desanimarnos dejamos el carro en los restaurantes
de la entrada y aprovechando la oportunidad que se presentaba desayunamos
unas ricas quesadillas y tlacoyos con chocolatito caliente mmhhh!....
Bueno, después de llenar el tanque y a pesar de las advertencias
de los lugareños de que, seguro iba a llover, iniciamos nuestra
caminata en busca del fluido elemento. Anduvimos por rutas no muy conocidas
y así en caminata de atención encontramos al río,
continuamos caminando por toda la rivera, aunque por afuera de la barda
que le pusieron para proteger el agua para consumo humano. Caminamos por
un tiempo escuchando el sonido del agua que corría abundante y
nos daba una serenata de bellos sonidos que llenaban nuestro ser de calma
y de una gran armonía.
Nuestra primera parada nos la marco un mágico espejo de
agua que se había formado por la acumulación del agua
de lluvia en una hondonada cuyo fondo estaba cubierto por diminutas
plantas y lodo, lo que creaba un micro universo bello pero oscuro,
el fondo ideal que permitía que en la superficie se reflejaran
el cielo y los árboles. El lugar llamaba la atención
inmediatamente y decidimos aprovechar esta cualidad. Nos sentamos
y adoptando una postura de meditación nos quedamos observando
en silencio al espejo que resulto ser tan bueno que termino reflejando
nuestro interior. Al finalizar la meditación cada quien compartió
los esclarecimientos que había obtenido.
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Luego continuamos nuestro camino sin tener un lugar especifico
donde llegar, íbamos allí donde el camino nos llevara
y fue así como nos encontramos con encantadores parajes que
nos llenaban de alegría con todo el colorido de sus flores
amarillas y la vegetación tan verde que nos mostraba la importancia
del poderío del agua para este renacer de la vegetación.
Mas adelante llegamos a un lugar donde la cerca estaba caída
y pudimos pasar adentro y así mas cerca del río seguimos
caminando y encontrando sonoras caídas de agua que disfrutamos
viendo y escuchando.
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En un lugar que también atrajo nuestra atención por
haberse formado un como islote, con el río rodeándolo
por completo, decidimos hacer otro ejercicio con el agua y nos dispusimos
simplemente a escuchar los sonidos que el agua al correr producía,
tanto cerca nuestro como en la lejanía. Luego la actividad
consistió en observar también el agua que continuamente
fluía y se marchaba por el camino elegido con sus ritmos
marcados por los obstáculos encontrados algunos mas fuertes
y otros mas suaves y en otros lugares mucha calma, lo que nos recordó
que necesitamos fluidez para actuar eficazmente en las diferentes
áreas de nuestra vida...
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Después de casi una hora de este gratificante
encuentro continuamos caminando y llegamos a otro bonito paraje en donde
el verde pasto y un árbol solitario nos invitaban a disfrutar del
lugar así que, con el acompañamiento de la música
del agua, nos dispusimos a ejercitar y mover cada parte de nuestro cuerpo
tomando conciencia de las tensiones y expresando con sonidos lo que íbamos
sintiendo y así logramos un rico descanso. Decidimos comer en este
bello lugar en donde el sol nos acompañó un momento y luego
vimos como poco a poco las nubes volvían a cubrir el cielo así
que decidimos regresar para ver si el albergue ya estaba abierto y emprender
el viaje al valle de los susurros donde queríamos acampar.
Pagamos la entrada al albergue y con
nuestras mochilas al hombro nos dispusimos a caminar hacia el valle, al
llegar allí recibimos otra sorpresa, habían construido,
unos cuartos, unos baños y un kiosco y adaptado varios lugares
para acampar, aunque nada esta totalmente terminado y, a nuestro parecer,
solo rompe la armonía del lugar, por lo que buscamos al fondo del
valle un lugar, lo mas oculto de estas construcciones, para colocar las
carpas y estar allí como otras veces, rodeados de naturaleza, en
armonía y en paz. Nos encontrábamos preparando las carpas
cuando comenzó un aguacero y fue tan rápido que ni tiempo
nos dio de resguardarnos y así semi-mojados y con las carpas todas
mojadas terminamos de preparar todo para dormir. La noche se aproximaba
rápidamente y todavía faltaba hacer el fuego ritual y dar
neneviery antes de dormir, por lo que empezamos a buscar leña,
pero toda ella estaba muy mojada y para colmo empezó a lloviznar,
ante tales circunstancias lo único que queda es dar lo mejor de
uno mismo, por lo que formando un circulo hicimos nuestro ofrecimiento
al Ajusco y le pedimos que nos permitiera estar allí como tantas
otras veces, para aprender lo que necesitamos aprender y como por arte
de magia después de aquel ofrecimiento la lluvia sesó y
no volvió en toda la noche. Para encender el fuego contábamos
con unas varitas de ocote que un prevenido participante había llevado;
encenderlo fue relativamente fácil, otro asunto fue mantenerlo,
la madera humeaba y humeaba pero ¡no encendía! Hasta acabamos
con un cuaderno que el mismo prevenido participante había llevado.
Con mucho esfuerzo de parte de todos logramos mantener un mini fuego por
más de una hora, tiempo suficiente para finalizar la actividad
programada y con alegría y un poco de frío nos fuimos a
cenar e inmediatamente a descansar ya que muy temprano iniciaríamos
el ascenso a la cumbre.
Como siempre al grito de: "¡bueeenooos díííaaas,
ya es hora!", alguien dijo si podíamos dormir un rato mas,
pero no era posible; para poder dejar casi todo el equipaje en las tiendas
y al mismo tiempo permitir que estas se secaran, teníamos que subir
y bajar antes de que empezara a subir mas gente, así que era mejor
iniciar temprano.
Después de un frugal desayuno partimos en caminata de atención
hacia la cumbre, envueltos por la neblina y el frió de la mañana.
Tapizado de verde el camino relajaba nuestro cuerpo y nuestra vista; echándole
ganas, el Tayau aparecía por instantes despejando un poco la bruma
y permitiéndonos ver retazos de azul intenso arriba de nosotros
y abajo, en el valle, retazos de verde de muchos matices debido a los
árboles, los sembrados y grandes zonas cubiertas de flores amarillas.
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En minutos el cielo se cubría de nuevo por las nubes que
impulsadas por el viento seguían su viaje y así llegamos
al primer lomo de la montaña donde Manes nos recordó
que en ese lugar reconforto a nuestra amiga Ivonne porque no podía
seguir subiendo. Recordamos entonces a esta bella mujer que nos
ha enseñado que cuando se quiere se puede y que el poder
que llevamos dentro aflora con entrega, dedicación y amor
hacia nosotros mismos. Entonces podemos ver la gran fuerza y belleza
que llevamos dentro y esta conciencia nos impulsa hasta donde querramos
llegar.
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Es así como, mas tarde, nuestra amiga nos acompañó
hasta la cima de otras muchas montañas, el Iztaccihuatl, el Nevado
de Toluca, la Malinche, etc. Recordamos también que la vimos ascender
no solo montañas físicas sino también emocionales
y mentales y su ejemplo nos mostró a todos los que la acompañábamos
no solo que la edad no es el impedimento sino que somos nosotros los que
nos ponemos los limites y solo necesitamos decisión y conciencia
para rebasarlos y encontrarnos en un mundo con muchas mas opciones a nuestro
alcance. Y de ahí para arriba fueron muchos los que nos acompañaron
porque este recuerdo nos llevo a otros, como cuando subimos con los del
grupo de la búsqueda de la visión: Mónica, Maria
Esther, Carlos, José Luis, la familia Colín, también
las Gaitan, Rosa Maria, Miguel Ángel, Hugo, Noemí, Gabriel,
Francisco; o cuando iniciamos nuestra preparación con el grupo
para ir al Aconcagua: Francisca, Sandra, Verónica, Olimpo; o cuando
hemos subido con amigos como Víctor, Demian, Manolo, Alberto, Ayuso,
Socorro, Héctor, Esteban, La Viveros, Alejandra, Shiori, Ixamayo,
Elizabeth, Rosario, Maria, Raúl, Laura, Rodrigo, Norma; y en fin,
muchos otros que seria interminable nombrar pero que llevamos en nuestro
corazón y que en este día especialmente por esos cambios
que habían en la montaña, con las nubes, el sol, la bruma,
el viento, el frío, el calor, las gotas de lluvia en la hierba,
las flores, el paisaje rocoso y todo esto como en un crisol recapitulatorio,
nos trajo al presente a todos estos seres que en la montaña han
tratado de encontrar su camino y así ayudar al sol a iluminar el
mundo. A todos ellos damos las gracias porque sin ellos no seria posible
nuestro camino de corazón.
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Paso a paso y descansando por momentos, por fin llegamos
a la cima y allí nos esperaba un espectáculo maravilloso:
sobresaliendo por encima de las nubes y recortadas sus siluetas sobre
un azul intenso fueron apareciendo, el Nevado de Toluca por un lado y
mas tarde por el otro, imponentes, el Iztaccihuatl y el Popocatepetl:
Con este fantástico marco como testigo reafirmamos nuestro compromiso
con la vida y sentimos llenarnos de poder y pasión para continuar
ascendiendo las montañas no solo de nuestra hermosa tierra sino
también de nuestra vida.
Después de disfrutar lo que este maravilloso día
nos regalaba nos dispusimos a bajar. En ese momento fueron llegando
muchos jóvenes del equipo de Tai Won Do de la selección
de México que iban allí como parte de su entrenamiento
y con los cuales compartimos algo de nuestra comida. Nos alegraba
ver allí tanto joven y niños y niñas que se
sentían tan bien al llegar a este lugar tan alto que deseamos
que, ojalá no fuera la única vez y luego al hablar
otros del grupo decían lo mismo que ojalá ese espíritu
de alegría que sentían por haber sido capaces de llegar
hasta allí los acompañara muchas veces en otras montañas.
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Con tanta algarabía uno se distrajo y resbalo
muy cerca de un precipicio, afortunadamente los reflejos funcionaron a
la perfección y pudo sostenerse de unas raíces que sobresalían
en el piso. La lección estaba clara: La montaña te da pero
también te exige. Exige entrega total y atención total,
es por eso que su energía genera conciencia.
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Ya tranquilos continuamos el descenso, cuando el que había
resbalado recibió un regalo de vida que los demás
compartimos felices, allí entre la bruma y las rocas los
tenues rayos del sol habían formado ¡un arco iris circular!
que como aura magnifica rodeaba nuestra silueta. Felices logramos
plasmar este momento en una fotografía que junto con otras
compartimos con todos y todas, los que ya vinieron y... ¡los
que vendrán! !Así será!
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